Bienvenido a ILUNION.
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En este mes de octubre ha sido el día de las personas mayores. Y una vez más queremos hacer hincapié en la importancia que tiene la participación social y comunitaria, ya que la edad no es ningún obstáculo.
De hecho, cada vez son más las personas mayores que forman parte de alguna organización o que hacen voluntariado. Por ello de un tiempo a esta parte hay quien pretende dejar atrás el término “envejecimiento activo” y denominarlo “activista”.
Porque no sólo es necesario mantenerse activo para tener una calidad de vida en la vejez. Es que si aceptamos que este período vital es tan válido, o más, que los anteriores, nos convertiremos realmente en una sociedad inclusiva y preparada para el envejecimiento demográfico.
Si tenemos en cuenta que el que la esperanza de vida no deje de aumentar es fruto del avance de la medicina, la investigación...en definitiva, que es un éxito nuestro como sociedad, solo entonces conseguiremos no tener la percepción de que las personas mayores son algo a apartar y el envejecimiento algo que solucionar.
Y es que desde que nacemos, conforme vamos creciendo, todo está orientado al aprendizaje para la etapa laboral. Poco se prepara a la persona para que cuando llegue a su jubilación no piense que ya no tiene nada que aportar, que ha dejado de ser útil o válida.
Anteriormente ya hemos mencionado el edadismo y las distintas formas de discriminación que implica. También hemos comentado la imagen que desde los medios de comunicación se transmite y por tanto los estereotipos que presenta la sociedad en general hacia las personas mayores.
Encorvadas, con bastón, aburridas o con mal genio. Un sinfín de estereotipos que no hacen más que simplificar y homogeneizar a este colectivo tan diverso.
Debemos desterrar esa percepción tan nociva y retomar la visión de la sabiduría y experiencia que nos pueden aportar las personas mayores al resto de la sociedad. Porque la realidad es que nos aportan. Y mucho.
Como ejes vertebradores de las familias, como soportes clave en el Estado del bienestar, como expertos en diversas materias y conocimientos, como luchadores incansables de nuestros derechos.
Y eso no cambia aunque algunas de ellas puedan presentar necesidades de apoyo en algún momento de su envejecimiento. No por ello dejan de ser un significativo porcentaje de la población, a la que, muchas veces de manera inconsciente, se está invisibilizando.
Por eso es hora de ponernos las pilas y asegurar la accesibilidad a todos los servicios para tener en cuenta sus necesidades de la misma manera que las del resto, para potenciar al máximo sus capacidades y autonomía. Para que mantengan su independencia.
Porque todas las personas, independientemente de nuestra edad, necesitamos acompañamiento y apoyo en diversos aspectos o situaciones. Ya sea cuando preguntamos a otras cuál es la mejor hipoteca para el piso que queremos comprarnos, o recomendaciones para nuestro próximo viaje de vacaciones, entre tantas situaciones en las que necesitamos de los demás para desarrollarnos y desenvolvernos como queremos.
Así que... ¿nos mantenemos activos o activistas?