Explorando otras maneras de vivir

En la entrada anterior estuvimos comentando que existen distintas opciones de vivienda para personas mayores, además de las residencias.

Así que hoy queremos profundizar sobre una de las más novedosas en nuestro país, pero que lleva años instaurada en el norte de Europa y EEUU: las viviendas colaborativas o cohousing.

Pero, ¿qué es el cohousing? Un término inglés que puede traducirse como covivienda y que es un modelo residencial colaborativo. Esto implica que una serie de viviendas privadas se construyen en torno a un conjunto de zonas comunes para uso comunitario. Así, sus habitantes tienen tanta privacidad y vida comunitaria como deseen, participando de manera activa en el diseño, a modo de cooperativa.

Hay ya algunos ejemplos de viviendas colaborativas en España, siendo pionero el Residencial Santa Clara desde los años 80. Con el paso de los años fueron surgiendo otros como Trabensol, los diferentes “Jubilares” y algunos que en breve saldrán a la luz, entre otras.

Por otra parte, a caballo entre esta modalidad y vivir en una residencia, están los coloquialmente llamados “pueblos-residencia”. Una iniciativa que ya se está llevando a cabo en algunas partes de Europa como Holanda, Suiza o Francia.

En ellos, las personas mayores viven en pequeños grupos en casas independientes según afinidad y necesidades de apoyo, contando con la complicidad del resto de habitantes y comercios del pueblo para que lo conviertan en un entorno amigable y seguro. Además, se aseguran que estén al alcance todos los recursos que las personas puedan necesitar (atención médica, servicios de ocio y culturales...).

En concreto, en Holanda, Hogeweyk es un barrio formado por pequeñas urbanizaciones que se asemejaran al entorno habitual en el que habían vivido sus residentes. Además, con la peculiaridad de que el equipo profesional va vestido de diferentes oficios para dar más sensación de normalidad.

De una manera u otra, lo que está claro es que los avances en la atención e intervención a personas mayores no se hacen esperar, aunque tardaremos en ver ejemplos así completamente consolidados en nuestro país.

Y vosotros/as, ¿qué pensáis?