Razonando la información

Últimamente nos llegan por todas partes advertencias sobre posibles estafas y robos, un mal que siempre ha existido pero que ha aumentado en estos meses de pandemia.

Ya sean por internet, telefónicas o en el domicilio, especialmente nos preocupan las que van dirigidas a engañar a las personas mayores, sobre todo si viven solas.

Técnicos que se presentan a una revisión que no hemos pedido, personas que se hacen pasar por personal sanitario con la excusa de hacernos una prueba PCR o ponernos la vacuna…La inventiva de los estafadores no tiene límite.

Pero además de las estafas e intentos de robo, también han aumentado de un tiempo a esta parte la difusión de noticias falsas y bulos.

Y es que en una época en la que la información salta al instante en las redes sociales, y cuya actualización es constante, resulta mucho más sencillo colar información como si fuera cierta.

Se aprovechan así del espectador, al que le es mucho más complicado seguir la información, verificar la fuente y detectar, por tanto, manipulaciones o engaños.

Es por eso que hay que tener especial cuidado en la validez o credibilidad que le damos a esa información. Muchas veces pensamos que todo lo que diga la televisión, la radio o los periódicos es verdad, y no siempre es así.

Pero, ¿cómo poder evitar que nos suceda algo así? Es importante que no nos quedemos en la lectura del titular de la noticia, y profundicemos en el contenido.

Además, siempre es mejor buscar dicha información también en otros periódicos o medios, pero lo fundamental es acudir a las fuentes originales, ya que seremos capaces de sacar nuestras propias conclusiones sin el riesgo a que nos la den manipulada.

No es lo mismo, por ejemplo, leer un titular de un periódico sobre lo que ha dicho determinado político, que entrar en la web del Congreso y visualizar el vídeo de la sesión correspondiente.

Porque es fundamental aprender a tener pensamiento crítico y razonar, en lugar de ser receptores pasivos de información. Cuestionarse las ideas en lugar de aceptarlas tal y como nos llegan.

No dar las cosas por sentado, investigar, no asumir que tenemos la razón o no creer a pies juntillas lo que diga otra persona sólo porque nos cae bien.

Todo ello es imprescindible si queremos formarnos una opinión más ajustada a la realidad de lo sucedido. Y además, nos capacita para poder detectar esas posibles estafas tan peligrosas.

Porque cuando en lugar de creernos cualquier cosa, acudimos a fuentes oficiales, nos estamos protegiendo.

Si llaman a nuestra puerta indicando que son de la empresa de gas porque tienen que hacer una revisión, siempre es beneficioso ponerlo en duda y ser nosotros quienes directamente llamemos a la empresa para confirmar dicho control.

Es algo que desde el Servicio de Mayores en Aislamiento nos parece fundamental, y por eso en nuestra sección Información y actualidad podéis ver algunas de las fuentes oficiales de información, así como recomendaciones de la Policía Nacional.

¡Os recomendamos que pongáis en práctica el pensamiento crítico y ante la duda…dudad!