Bienvenido a ILUNION.
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Ahora que se acercan las navidades, aunque tan atípicas este año, es buen momento para pensar qué cocinaremos para nuestra familia, sobre todo con la suficiente antelación para que los mariscos y demás exquisiteces habituales no suban a precios desorbitados.
Hoy día, entre concursos de cocina, blogs, perfiles de Instagram... tenemos al alcance un sinfín de fuentes de inspiración para plantearnos opciones del menú de nochebuena: ¿platos tradicionales? ¿innovaciones a la altura de la cocina moderna? ¿o mejor, platos sencillos para hacer en poco tiempo? ¿hay vegetarianos en la mesa?
Además, debido a la globalización, los transgénicos artificiales, los invernaderos y el cambio climático, podemos comer casi de todo en cualquier momento del año. Y aunque en la actualidad cada vez más sectores de la población buscan promover un consumo local y de producto de temporada, tanto por motivos ecologistas como sociales, lo cierto es que en general se ha convertido en cosa del pasado.
Así, antaño había que comer aquellos productos disponibles según el momento del año y que fueran lo más próximos posibles para que pudieran transportarse sin ser muy costoso ni se echaran a perder. No era viable, por ejemplo, comprar aguacates originarios de México, ni tener acceso al marisco en según qué zonas de nuestro país.
Por tanto, a lo largo y ancho de la geografía española, los productos que se consumían eran los de provincias de alrededor. Y a ello estaba limitado también el menú navideño. Si a eso le sumamos las condiciones económicas de la mayoría de la población, las opciones para compartir con la familia una comida especial se reducían considerablemente.
No era el mismo menú, por tanto, para familias adineradas que para las que tenían dificultades económicas. Aunque, eso sí, algunos platos no faltaban en ninguna mesa.
Nos ha podido la curiosidad, así que hemos querido preguntar a algunas personas mayores que viven solas en Madrid si recuerdan qué platos comían en navidades en sus casas y nos hemos encontrado con algo que no sabíamos.
Y es que muy típico de Madrid era la lombarda como plato entrante. Hay quienes nos cuentan que sus madres las hacían con piñones, pasas y a veces panceta. Otras familias, sin embargo, la cocinaban con manzana, pero casi todas coinciden en que no la perdonaban la cena de Nochebuena.
Así, la col lombarda era accesible incluso para los más humildes, siendo un entrante habitual en todas las casas. Y el pavo o el besugo como plato principal para quien pudiera permitirse algo más. Sopa de almendras era el postre que tocaba, y lo que tampoco faltaba era el turrón, algo que hoy día perdura en todas las casas. Aunque seguramente por entonces la variedad era muy reducida.
Y vosotros, ¿recordáis qué era habitual cenar tradicionalmente en vuestra familia? ¡Os animamos a compartirlo con vuestros nietos, sobrinas o amistades!