Bienvenido a ILUNION.
Bienvenido a ILUNION.
Uno de los temas de conversación más frecuentes entre las personas mayores es dónde y cómo quieren vivir, especialmente cuando su situación cambia por fallecimiento de su pareja o por precisar ayuda para ciertas actividades de la vida diaria.
Y es que la mayoría de las personas mayores expresan su deseo de querer vivir el máximo tiempo posible en su casa, pensando que la única alternativa posible es ir a una residencia.
Sin embargo, hay todo un abanico de opciones de vivienda. Por ejemplo, ofrecer una habitación de nuestro piso para alquilarla a un/a estudiante, recurrir a pisos compartidos con otras personas mayores de características similares o pertenecer a un proyecto de vivienda colaborativa, entre otros.
Pero, ¿por qué causa tanto rechazo ir a una residencia? Esto es debido a que hay una serie de ideas erróneas sobre cómo son y cómo es el trato recibido en ellas: pensamos que no tendremos la posibilidad de salir y entrar cuando queramos o de reunirnos con familiares, que estaremos en un lugar triste junto con otras personas que se sienten solas y que pasaremos las horas en una sala sin mayor entretenimiento que una televisión de fondo.
Además, la imagen que se da de ellas desde los medios de comunicación fomenta esta percepción, algo que se ha acrecentado con algunos escándalos sucedidos durante la crisis sanitaria.
Pero estas ideas erróneas están lejos de la realidad, ya que en un entorno residencial se tiene muy en cuenta las características y necesidades individuales, de manera que se potencia la autonomía para mantenerse en contacto con el entorno habitual y la libertad de elección de las distintas actividades que se realizan.
Además, especialmente en los últimos años se está potenciando un modelo de residencias más reducidas, distribuidas en pequeñas unidades de convivencia donde suelen vivir entre 9 y 15 personas en habitaciones privadas, en torno a un saloncito común con cocina propia.
Así, la disposición, decoración y rutinas buscan asemejarse al máximo a un hogar, priorizando la adaptación al modo de vida y preferencias de cada persona.
En ellas, pueden decidir sus horarios, sus menús de comidas y repartirse las tareas propias de organización a través de actividades significativas, contando con un equipo profesional de referencia que favorece la confianza y asegura el bienestar de sus habitantes.
Sea de la manera que sea, cualquier opción de vida es respetable y la más recomendable será la que garantice la mejor calidad de vida dependiendo de múltiples factores como las redes de apoyo disponibles, la situación socio-económica o el estado de salud.
¡Os animamos a que exploréis sin miedo información sobre las distintas posibilidades existentes para vivir como queréis de la mejor manera!