26 Octubre 2016

Los usuarios de esta residencia conocieron el oficio de tinajero, que cuenta con más de 400 años de historia.

El pasado 25 de octubre ILUNION Villarrobledo realizó una excursión al Museo de la Tinaja, una gran experiencia.

Hermoso y tradicional oficio el de tinajero, con una historia de 400 años e importante soporte económico de Villarrobledo y Comarca. 

Las tinajas de Villarrobledo son famosas por su resistencia al calor y la presión de la fermentación del vino y que no se evapora a penas nada de contenido, y el micrograno de la arcilla permite la oxigenación del vino, no altera el color y evoluciona el continente de forma natural.

El barrio de la tinajería en Villarrobledo es la zona norte de la localidad. En la primera mitad del siglo XX hay 72 hornos de tinajas, dónde se desarrolla la auténtica industria artesanal de la tinajería y su desarrollo comienza a declinar con la industrialización de las bodegas y la alta demanda de tinajas, donde se empezaron a realizar de cemento y posteriormente de acero inoxidable que como ahora encierran nuestros caldos en las bodegas, volviendo a ser Villarobledo un importante núcleo vitivinícola. Ya en el s. XVII en el arancel de reformas de mercadería, aparecen unos apellidos de tinajeros de Villarrobledo e inclusive con tradición anterior, con vasijas pequeñas para el pan, aceite...

Una vez que las tinajas estaban cocidas en galeras las llevaban literalmente acunadas porque les ponían mantas, para no resquebrajasen.

Además de estas tinajas con la arcilla hacían tubos para conducciones de agua, tejas, ladrillos...

El horno tradicional ascendente de tendencia islámica, la olla es dónde se alimenta el fuego, la rampa por la lumbrera, también como chimenea, un flujo de aire mantiene la llama viva, siendo el horno original de ladrillo refractario porque aguanta mucho el calor que coge el horno, unos 900º C, cuando las llamas salen por la bravera es cuando las piezas artesanales ya están cocidas, después se calan con agua en el patio para enfriasen.

Nuestros residentes han recorrido todo el museo. La visita fue guiada y en cada punto fueron informados minuciosamente.

Esta visita ha sido muy emocionante ya que les recuerda ese viejo oficio tan digno y tan de nuestra tierra como es el de tinajero que tantos abuelos nuestros han trabajado con sus manos y sudor este laborioso barro.

Agradecer a Ana José Torres como guía turística su dedicación y gran entusiasmo para contarnos todas las anécdotas que despertaron el interés de nuestros residentes.